Todas las webs tienen un componente transaccional intrínseco, dispongan de tienda online o no. Porque todos vendemos algo, de una forma u otra. Y hoy en día nuestra web es nuestro vendedor más importante. No importa si tus ventas se producen mediante el canal físico, el online o con un mix de ambos, la web es el espacio de referencia para todos tus posibles clientes. Por eso, es imprescindible saber cuáles son las mejores prácticas para conseguir que tu web funcione como un auténtico vendedor silencioso las 24 horas del día. Y aunque hay muchos factores importantes a tener en cuenta, dada la velocidad a la que se mueve el sector creo que uno de los mantras más interesantes es el que dice:
Fail fast, fail better.
¿Qué significa esto? ¿Por qué hablar de fallo si lo que queremos es triunfar? Obviamente, la idea no es hacer webs que fallen en nada. Sino que lo importante es priorizar el aprendizaje por encima de todo. La acción por delante de la parálisis por análisis.
Lo importante es probar nuevas ideas y posibilidades, ver qué funciona y desarrollarlo. Pero ante todo no puedes demorarte en la toma de decisiones, puesto que mientras pospones un lanzamiento tu competencia te pasa por la derecha, ganándote la batalla por el posicionamiento.
Por eso, la próxima vez que tengas que tomar decisiones que tengan que ver con el mundo digital intenta ser ágil y avanzar lo más rápido posible. Será la mejor forma de llegar al éxito.
